Los piercings, no solo son cosas decorativas y sin maldad.
Hay casos que si no te los curas bien, pueden acarrear daños graves
Diferentes daños tambien en que parte del cuerpo te los hagas.
En la oreja: inflamaciones y necrosis.
Lo mejor es tener pendientes pequeños, no muy alargados para que no se enganchen en ninguna parte y no produzcan desgarros.
Cejas: produce alopecia en las cejas, es decir la perdida del pelo en la zona del piercing, que no suele recuperarse.
Nariz: conviene saber que con el tiempo el orificio practicado tiende a dilatarse, lo que facilita la salida de la mucosidad.
Labios: estos adornos pueden provocar erosión en las encías que quizás derive en gingivitis y caída de piezas dentales.
Lengua: desgarros y los microtraumatismos dentales, capaces de astillar los dientes e, incluso, provocar su caída.
Genitales: Tanto en el varón como en la mujer los genitales son una zona de gran irrigación sanguínea, de manera que las hemorragias son el principal riesgo del piercing.
Ombligo: Su forma profunda, hace que sea más difícil limpiarlo.
Y es propenso a acumular humedad y sudor, con lo que su riesgo de que se infecte es altisimo.
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